La (mal) llamada vivienda de interés social debería construirse al
tiempo con su respectivo espacio urbano público, transporte y equipamiento, los
que necesariamente son un problema público. La gente puede resolver
individualmente su vivienda y mejorarla pero le es imposible hacer sola la
ciudad que la incluye. Esta es además una obra de arte
colectiva pues se trata de que además de segura, sana y funcional sea digna,
estimulante y bella. Los particulares lo que precisan es ayuda financiera para
su vivienda pero en cambio no pueden hacer calles, plazas, parques ni escuelas,
mercados, puestos de salud o centros deportivos (Universidad de los Andes, CPU:
La como factor del desarrollo urbano, 1969). Y por supuesto hay que
localizarla en donde mas convenga a sus usuarios y a la ciudad como un todo.
Por ejemplo, las clases mas bajas mas cerca al centro. Las ciudades deberían
comprar o expropiar la tierra mas apta para urbanizar, dotarla de servicios,
hacerle espacio urbano público, darle equipamiento urbano y, en el caso de la
vivienda mas económica, construirla.
Y por supuesto en el tema de la salud
la prioritaria es la salud pública. Esta es ante todo un problema de educación
y campañas preventivas, calidad medioambiental, seguridad en el espacio público
y equipamientos urbanos. Pero no solo se trata de puestos de salud y hospitales
si no tambien de tenar buenos andenes, alamedas, parques e instalaciones
deportivas. Pero desde luego, como la vivienda y la educación, es también un
problema ideológico: en Colombia llevamos a su muerte a esas mujeres a las que
se les prohíbe abortar para que puedan recibir quimioterapia, y por lo tanto
también a sus fetos, y obligamos a las adolescentes a tener hijos no deseados,
que no pueden educar ni alimentar bien, pese a que buena parte terminan por eso
mismo de delincuentes. Y preferimos seguir acabando con el país con una guerra
inútil impuesta por Estados Unidos, los mayores consumidores del mundo, a
despenalizar el tráfico de drogas y tratar la drogadicción como un problema de
salud pública, como lo vienen haciendo poco a poco y hace años muchos países.
Pero sin educación ciudadana desde la
escuela es inútil mejorar la seguridad, vivienda o salud. Y no se puede mejorar
la educación sin una sólida y continuada formación de mejores profesores y un
mejor ambiente familiar, sociocultural y escolar, potenciado por un mejor
equipamiento escolar y un mejor y mas estimulante espacio público. Pero lo
prioritario es enseñarles a los ciudadanos a usar debidamente su ciudad y a
convivir civilizadamente en ella, incluyendo su comportamiento sexual, lo que
incide por supuesto en su bienestar. Que desde la escuela se enseñe lo que
antes llamábamos urbanidad, y mas cívica para que aprendamos a escoger mejores
presidentes, senadores, representantes, alcaldes y concejales, en lugar del
contrasentido del voto obligatorio que nos quieren imponer. Pero también
urbanismo. La apropiación del espacio público, el desorden del tráfico, el caos
visual, la contaminación, el ruido, las basuras, los escombros, la falta de
higiene, y el desperdicio irresponsable de energía y agua potable, se deben a
una total falta de educación urbana.
Columna publicada en el semanario virtual caliescribe.com. fecha 03.12.2011
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