Columna publicada por el diario El País de Cali 31.10.2002
31.10.2002 La arquitectura arte
“Después de todo, la arquitectura es un arte, y
desde tiempo inmemorial se ha considerado uno de los más importantes. Los
edificios bellos […] han conmovido a los hombres mas hondamente que cualquier
otra obra de arte […]” decía por 1932 un tal R. Blomfield, citado por William
J. R. Curtis en “La Arquitectura Moderna desde 1900”, su conocida historia de
1982, una de las más recientes. Pero como decía Luis Barragán, el famoso
arquitecto mexicano, la belleza solo les interesa a los primitivos y a los muy
cultos, pues a las clases medias, en su mediocridad, precisa él, apenas les
interesa el confort; y la seguridad, se puede agregar hoy en Colombia, por
ejemplo.
De otro lado, Bruno Zevi agrega que “[…] en arquitectura el valor artístico no se
refleja en un valor económico, las casas antiguas o modernas se venden a tanto
por habitación, y un edificio de Sagallo, Ammannati, Wright, Le Corbusier o
Aalto no tiene más valor comercial por el mero hecho de que la critica ha
establecido que se trata de una obra de arte. Así, en el plano económico existe
ya un estado de no relación entre cultura y vida” (Saber ver la arquitectura,
1951, p.128).
Por eso desde el inicio la arquitectura culta,
la de los arquitectos, ha estado al servicio del poder hasta cuando en el siglo
XIX pero sobre todo en el XX comenzó a estarlo tambien al de los simplemente
ricos; pero tambien de los pobres. Los estados benefactores y democráticos
suelen patrocinar no solo equipamientos urbanos (escuelas, colegios,
bibliotecas públicas y zonas verdes y deportivas) sino tambien vivienda masiva.
Los conjuntos de casas y apartamentos comunes comenzaron por primera vez a ser
parte del trabajo de los arquitectos.
Pero el choque entre la arquitectura profesional
y las tradiciones edilicias de las viviendas burguesas y pequeño burguesas no
se hizo esperar. Tom Wolfe en su “From Bauhaus to Our House” de 1999 lo
ejemplifica: “En arquitectura, naturalmente [Walter Gropius] fue el jefe
ejecutivo […] La enseñanza de la arquitectura en Harvard se transformo de la
noche a la mañana. Todo comenzó de cero. Todos eran enseñados ahora en los
fundamentos del Estilo Internacional […] Toda la arquitectura se volvió
arquitectura no burguesa[…] la vieja
tradición de Beaux-Arts se volvió una herejía, y lo mismo paso con el legado de
Wright […]. Y, como dice el tal Blomfield “¿quién se va a sentir conmovido
[por] edificios que no siguen mas principio que el de contradecir todo aquello
que se ha hecho con anterioridad?” Cabe tambien la pregunta de Adolf Loos, el
conocidísimo arquitecto austriaco: “¿Por qué será que cualquier choza de una
aldea [y en general cualquier construcción rural y "espontánea"]
resulta "artística", en el sentido de "natural", y no
ofende a la naturaleza circundante, como la ofende en cambio cualquier
construcción moderna, incluso de un óptimo arquitecto, salvo aquellas
decididamente tecnológicas?”
En pocas palabras, y se puede observar a lo
ancho del mundo, hoy en día muchos nos vemos avocados a vivir en edificios y
ciudades (o al menos sus intentos) que no entendemos o no nos gustan pues su
“arte” nos es ajeno, no por lo artístico sino justamente por lo ajeno. La
modernización primero y la globalización después nos han llevado a eso; pero
desde luego no podemos encerrarnos en solo nuestras tradiciones (las de cada uno)
como ya lo descarto en 1961 el mismo Franz Fanon, en “Los condenados de la
tierra”, a raíz de la guerra colonial de los franceses a mediados del siglo
pasado en Argelia.
Desde luego hay importantes excepciones de las
que deberíamos aprender, pero tenemos que mirar más a los lados que para arriba
que es en donde los poderosos de ahora han puesto el norte de todos. No podemos
seguir confundiendo nuestra arquitectura con la (penúltima) moda de la
arquitectura internacional, pero tampoco nos podemos cerrar a ella; hay que
mirarla desde la seguridad de nuestras tradiciones, climas, paisajes y
recursos; después de todo, como lo repite Rogelio Salmona, la arquitectura no
solo es arte.
Columna publicada por el diario El País de Cali 31.10.2002
Columna publicada por el diario El País de Cali 31.10.2002
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