Columna publicada en el diario El País de Cali 30.01.2003
30.01.2003 El arco
30.01.2003 El
arco
Para J.C. Londoño
Se piensa que los griegos no lo conocían pero
los usaron desde el siglo IV a.C. en las puertas de algunas murallas y, de la
época helenística, quedan la entrada al estadio de Olimpia, el patio de la
fuente y la puerta del ágora en Priene y las bóvedas inclinadas de la escalera
del gimnasio en Pergamo. Los romanos, por lo contrario, utilizaron mucho el de
medio punto (semicircular) y sus derivaciones: la bóveda de cañón y la cúpula
semiesférica; de ahí el equivoco. En Egipto están las bóvedas rebajadas de
Djoser en Saqqara y las de los depósitos del Ramesseum en Tebas, entre otras, y
en Mesopotamia las hubo hace milenios. Las de voladizo sucesivo, como en el
Palacio del Gobernador en Uxmal, Mohenjodaro o el Tesoro de Atreo, parten, en
cambio, de un falso arco, como se llama, pues las cargas no siguen una
catenaria (invertida) sino una trayectoria escalonada. En cambio el arco a
regla, a nivel o adintelado lo es, aunque no lo parezca, pues contiene dicha
curva. Y están los arcos rígidos de una pieza, como los antiguos, o de varias
soldadas o apernadas, o de concreto, como los modernos.
Arco de festón llamaron los romanos al que
seguía estrictamente la catenaria pues es la forma que toma por la gravedad un
festón, cadena, o el cable de un funicular (del latín: funiculos, cuerda). Por
eso las líneas electrificadas de los trenes se llaman catenarias. Las primeras
cúpulas derivadas de estos verdaderos arcos se encuentran en Khirokitia (c.
5650 a.C.) y logran su máximo en las bóvedas de adobes del Palacio de Ctesiphon
(c. 600 a.C. ), cuyo grosor es mínimo pues sus superficies inferior (el
intrados o sofito del arco) y superior (el extradós o espalda) son paralelas a
la catenaria. Las últimas las realizo en piedra Antoni Gaudi (1852-1926) en
Barcelona y entre nosotros, con ladrillo, el ingeniero Eladio Dieste
(1917-2000) en Uruguay.
La
bóveda es el desplazamiento de un arco y la cúpula su rotación. El arco (una
bóveda muy angosta), consta de piezas, o dovelas, que son radiadas resultando
un volumen curvo perpendicular al suelo (aunque en Egipto ya los hay inclinados
para poder levantar bóvedas sin cimbra), por el cual pasa una catenaria que va
del exterior de las dos dovelas iniciales, o salmer, que se apoyan en las bases
o impostas, a la parte superior de la dovela del vértice, o clave. A lo largo
de esta curva la gravedad genera presiones que mantienen juntas las piezas (por
eso en los islámicos no son perpendiculares al intrados sino aproximadamente a
esa curva virtual), y por ella se desvían hasta los cimientos los empujes
verticales de las cargas que están encima, mientras los horizontales son
absorbidos por los estribos, esas partes de muro adyacentes a los salmer e
impostas. Por eso arcos, bóvedas y cúpulas son vulnerables a los sismos, pues
por momentos estos anulan la gravedad.
En el de medio punto las dovelas son iguales
facilitando su trazado y construcción, por eso los pragmáticos romanos lo
privilegiaron y se conoce tambien como arco romano. El gótico está formado por
la intercepción de dos grandes segmentos de círculo; estos arcos ojivales, como
igualmente se llaman, pueden alcanzar la misma altura sin variar sus líneas de
arranque, a pesar de tener diferentes luces, lo que es su razón de ser. Se
especula que el de herradura de los árabes proporciona apoyos altos a la cimbra
para economizar madera, escasa en el desierto; pero lo que si es cierto es que
llega al Nuevo Mundo, en donde abunda la madera, como en la Torre Mudejar de
Cali, por la misma transculturación de tradiciones, simbolismos y desarrollo técnico
que hizo que los griegos no valoraran el arco y los romanos si, o que no se
pasara del falso al verdadero en algunas culturas o épocas.
Las variaciones son muchas pero el arco es uno
solo; no se inventa sino que se descubre y se usa o no, como los arquitectos
modernos que lo despreciaron después de su triunfal historia milenaria. Hassan
Fathy en Egipto, Ricardo Porro en Cuba, Carlos Mijares en México o Rogelio
Salmona, Herbert Baresch y Rodrigo Uribe en Colombia, son notables excepciones.
Columna publicada en el diario El País de Cali 30.01.2003
Columna publicada en el diario El País de Cali 30.01.2003
Suscribirse a:
Entradas (Atom)