Columna publicada en el diario El País de Cali 28.11.2002
28.11.2002 Arquitectura en el Museo de Arte Moderno
A buena hora la Tertulia reanuda las
exposiciones de arquitectura, iniciadas con mucho éxito años atrás con cuatro
muestras muy concurridas, entre las que se destacaron la del grupo
"Utopía" de Medellín y la de "Nueva arquitectura
colombiana" pero que lamentablemente había abandonado. Como se sabe de
siempre la arquitectura es la madre de las artes plásticas pues no solo las
antecede sino que las contiene. Además, como lo dice Lewis Mumford, un edificio
simplemente por su tamaño no puede evitar emocionar. La gente va a Bilbao mas a
ver el museo de Frank Ghery que el arte que allí se muestra o por lo menos
tambien.
Hacer
exposiciones de arquitectura es saludable para la arquitectura, y por lo tanto
para las ciudades, pues permite su conocimiento, difusión y crítica. Pero
disfrutarlas como una exposición de pinturas u objetos no deja de ser equívoco
ya que los edificios no se pueden apreciar de veras sino recorriéndolos y habitándolos.
Lo que se debe ver en una exposición de arquitectura no son dibujos
identificados con dibujos artísticos, ni maquetas asimiladas a esculturas u
objetos, ni fotografías vistas como puras fotografías y no como ilustraciones
de pedazos habitados de espacios urbanos y edificios reales o propuestos. Hay
que ayudar a que la gente vea en ellos sobre todo lo que indican de un edificio
o proyecto y su implantación en la ciudad. Como las partituras en que se
escribe la música, hay que saber leer estos medios de diseño arquitectónico;
pero el problema es que a diferencia de la música escrita todo el mundo cree
entender planos y maquetas.
Otra cosa es la belleza que estos medios de
proyectación tienen en si mismos la que se debe desde luego apreciar y
disfrutar pero nunca confundir con la arquitectura. Incluso hay exposiciones de
dibujos de arquitectura, que los hay muy bellos, pero se trata no de
arquitectura sino de dibujos de arquitectura. Se supone que al menos los
arquitectos están en capacidad de hacer esta importantísima distinción, pero la
realidad es que muchos, como la generalidad de la gente, sucumben ante las
imágenes efectistas de los edificios antes que ante su papel generalmente
desafortunado en los espacios urbanos de nuestras ciudades, a cuya desformalización
tanto ha contribuido la arquitectura moderna mal interpretada.
Mas que exposiciones de proyectos, habría que
hacer, mejor, exposiciones de edificios en la ciudad. Serían exposiciones mas
complejas de apreciar pero por supuesto mucho mas importantes. Por esto no son
comunes pero cuando las hay bien realizadas y acompañadas de conferencias y
catálogos son definitivas; y por supuesto tambien pueden ser bellas por sus
dibujos, maquetas, fotos y montajes; pero no solo por ellos.
La exposición del arquitecto Jaime Cárdenas
actualmente en La Tertulia ilustra lo
dicho. Aparte de que mucho de lo expuesto ya se había visto en la Cámara de
Comercio en 1999 (23 concursos casi todos premiados a lo largo de 30 años), ni
en esa ocasión ni ahora (cuando hay trabajos no mostrados antes) los proyectos
se acompañaron con la presentación necesaria para que el entendimiento cabal de
su arquitectura no se reduzca a los que sí saben leer planos y maquetas. El
texto del folleto de la exposición no explica tampoco por que son “relevantes”
esos proyectos, los que quedan así reducidos a sus seductores dibujos y
atractivas maquetas. Las fotografías, por su parte, son escasas ya que mas que
edificios construidos lo que se exhibe son propuestas de las que con excepción
de un par de excelentes axonometrías dibujadas a lápiz por Cárdenas, poco se
sabe de su implantación en la ciudad ni de cómo son y viven sus ambientes
interiores, precisamente los dos aspectos claves de la buena arquitectura.
Las
exposiciones de arquitectura son costosas y nada fáciles. Pero ojalá el
indudable entusiasmo que provocan logre que se continúen haciendo. Y que poco a
poco sea posible que sean mas de arquitectura (de sus espacios interiores y
urbanos usados y no apenas de sus volúmenes idealizados) y menos de los medios
que se usan para prefigurarla y mostrarla. Cali las necesita.