15.04.2012 El ABC del proyecto arquitectónico

Las ciudades mas bellas, de Estambul a Cartagena, pasando por Porto o Granada, París, Venecia o Rio, tienen muchos edificios de constructores que siguen un canon, y apenas algunos grandes arquitectos para sus pocos monumentos (Brasilia es una excepción diseñada toda por Oscar Niemeyer y sus colaboradores) y ni siquiera es el caso de Mompox, Santa Fe de Antioquia, Girón, Barichara, Villa de Leyva o Popayán. De ahí la pertinencia de contar con unas determinantes técnicas para el diseño arquitectónico de los complejos edificios actuales.

Las ciudades son mas importantes que los edificios que las conforman, la gran mayoría de los cuales no tienen por qué ser monumentos. Solo algunos que igualmente se basan en arquetipos, que son la base de todo y permiten establecer un canon: unas reglas, cuya lenta evolución evita la repetición, frivolidad y arbitrariedad. La primera teoría conocida sobre la arquitectura la recopilo el arquitecto romano Vitruvio, y su conocida triada en realidad son cuatro aspectos siempre presentes:

El emplazamiento (Collocatĭo), comenzando por la localización, que indica su clima (altura, latitud, vientos), paisaje (natural y urbano). Su geología (topografía, resistencia, suelo, vegetación, fauna y corrientes de agua). Su infraestructura (vial y de agua, alcantarillado, electricidad, gas, y telecomunicaciones). Su vecindario (usos, formas, estado y tendencias). Sus normas (usos, densidades, índices, alturas, aislamientos y empalmes).

La función (Utilitas ), que determina un programa (los diferentes espacios, servidos y servidores, y su número y tamaño), y su zonificación e interrelaciones. Sus requerimientos en cuanto necesidades particulares de clientes y usuarios. Las costumbres tradicionales, en uso o nuevas. Las exigencias (medidas mínimas, materiales, seguridad, ventilación, iluminación, privacidad y demás).

El sistema constructivo (Firmitas), seleccionado a partir del presupuesto disponible (monto y fluidez). Los materiales en sí, y ya convertidos en componentes y estos en elementos que conforman espacios. La mano de obra (costo, experticia, eficiencia y disponibilidad). Las normas de sismo resistencia y contra incendios y evacuación. El tiempo disponible, ya sea el usual para cada tipo de edificio, o mayor o menor.

La forma (Venustas), a la que se llega o se parte de ella o ambas cosas. Las tradiciones (la edilicia vernácula, popular, culta y profesional). El contexto (las construcciones inmediatas). La estética característica de ese entorno, pero tambien del sector, la ciudad e incluso la región. Las expectativas, gustos y pretensiones de los clientes, a los que hay que educar. Y las búsquedas propias de los arquitectos, que no sobra evidenciar.

Determinantes que racionalizan sus proyectos, partiendo de cómo disponer los volúmenes y espacios exteriores; donde ubicar los diferentes espacios, y sus relaciones; cual sistema constructivo usar: estructura, suelos, divisiones, cerramientos y cubiertas; y que formas, tradicionales o vanguardistas, reinterpretar según cada caso. Para beneficio de una ciudad sostenible y no solo del edificio, reemplazando el falso arte del “estilismo” de la arquitectura “espectáculo” actual, por la técnica profesional y ética de la proyectación.

Columna publicada en el semanario virtual caliescribe.com. fecha 15.04.2012

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